martes, 23 de abril de 2013

Defender nuestros derechos es un acto de respeto y amor (tomado de INspirulina)

http://www.inspirulina.com/defender-nuestros-derechos-es-un-acto-de-respeto-y-amor-hacia-nosotros-mismos-y-a-los-demas.html
Desde el pasado 14 de Abril todos los venezolanos y venezolanas hemos vivido días cargados de incertidumbre, agresión y represión. Venezuela es un país profundamente polarizado y esto significa que los gobernantes tienen una tarea ardua en el ejercicio de “gobernar”, pero esta tarea se hace aún más difícil si quienes gobiernan, niegan a esa otra mitad de la población.
Hace dos días una querida amiga y yo nos reunimos en mi casa a protestar pacíficamente, como lo hemos hecho los últimos cinco días después de las elecciones. Mi amiga me comentó que había recibido un mensaje por parte de la dirección de la empresa donde trabaja. En este mensaje le informaban que debía asistir a una concentración para apoyar al gobierno que se encuentra en el ejercicio del poder. Ella no apoya dicho gobierno, así que la “invitación obligatoria” iba en contra de sus principios. Mi amiga estaba profundamente abrumada, triste y con mucha rabia, sentimiento que expresó así: “me duelen los ojos de tanto llorar”.
Las consecuencias por negarse a participar en estos actos políticos y de “apoyo” al gobierno han sido en muchos casos extremas, como el despido de sus puestos de trabajo. El sustento de muchas familias, en especial niños y niñas, depende del trabajo de estas personas.
El sentimiento que experimentamos y que sé, han experimentado muchos como mi amiga, es de rabia, miedo, contradicción con nuestras creencias, valores y principios. Por tanto; cuando somos obligados u obligadas a hacer algo que va en contra de nuestros valores y principios de libertad, dentro de nosotros sentimos que algo no anda bien, nos sentimos incoherentes, violentados y esta emoción es dañina para nosotros.
Por el contrario; cuando decidimos defender nuestros derechos y luchar pacíficamente por lo que consideramos justo; nos sentimos consecuentes con nosotros mismos y con lo que defendemos. Esto genera sentimientos de entusiasmo, optimismo y lealtad por lo que consideramos justo.
En el mundo hay millones de personas que de manera perseverante, pacífica y coherente han defendido y defienden sus derechos a tener una vida digna y libre, ¡No estamos solos!. Un buen ejemplo de lucha es el ex presidente Nelson Mandela, quien sin duda es un ejemplo de liderazgo político y social, pero también de espiritualidad y sabiduría. El ex presidente Mandela lideró la lucha contra el Apartheid, contra la discriminación y segregación de la población negra en Sudáfrica. Su lucha implicó 27 años en prisión hasta que se convirtió en el primer presidente negro de Sudáfrica.
Hay también muchos otros ejemplos de lucha actuales y que quizás sean menos conocidos por el mundo, como por ejemplo el que lleva a cabo la tribu Maasai en Tanzania. Hace dos días leía un artículo en la BBC que relataba la lucha que las personas, especialmente mujeres de esta tribu, llevan a cabo para evitar que el gobierno los expropie de sus tierras para construir complejos que hospeden turistas que practican la cacería como hobbie. Las mujeres Maasai han alzado su voz para defender sus derechos a la vida y al trabajo. Muchas de estas mujeres sustentan a sus familias gracias al trabajo de la tierra y si son despojadas de éstas, no tendrán sustento para sus hijos.
Con este artículo quiero honrar a quienes en el pasado, con su entereza y coherencia con su corazón y con sus principios de libertad y justicia, defendieron y marcaron el camino por el que hoy transitamos. También quiero honrar a los miles de hombres y mujeres que al igual que nosotros los venezolanos están luchando, en distintos lugares del planeta por sus derechos, por la libertad, por un mundo mejor para ellos y los demás habitantes. Levantar nuestras voces para defender nuestros derechos, si es eso lo que sentimos en nuestros corazones, es desde mi punto de vista un acto de amor y respeto a nosotros mismos, a quienes lucharon y a quienes luchan hoy en día por sociedades más justas y libres.

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